Leer el siguiente resumen acerca de la historia de la teoría
evolutiva y responder el siguiente cuestionario:
1. Según la BIOLOGÍA ¿Qué es una población? ¿Cuáles son las
principales propiedades de las poblaciones biológicas?
2. Investigue el concepto de especie.
¿qué consideran los biólogos como especie? ¿cuáles son sus principales
características?,¿ Podemos decir que una especie es una gran población?
3. ¿A qué define el texto como evolución
biológica? ¿cuáles son los tipos de cambios que se consideran evolutivos? Intentando
entender el concepto de evolución biológica, ¿podrías explicar lo que ocurre en
el gráfico más abajo con la población de ratones, según este concepto?
4. ¿Cuáles fueron los principales problemas a los que se
enfrentaron los científicos para construir la teoría evolutiva? ¿por qué crees
vos que estos problemas sigan existiendo?
5. ¿Quiénes contribuyeron y abrieron el camino a la teoría evolutiva
de la vida? ¿qué ideas aportó cada uno de ellos? Antes de la teoría de la
evolución, ¿qué teorías y/o creencias existían para el origen de los organismos
vivos?
EVOLUCIÓN
La evolución biológica es el conjunto de transformaciones
o cambios a través del tiempo que ha originado la diversidad de formas de vida
que existen sobre la Tierra a partir de un antepasado
común. Hablando en un sentido más específico, la evolución biológica es el cambio
en las propiedades de las poblaciones que trascienden la vida de un simple
organismo. Los cambios en las
poblaciones que son considerados evolutivos son aquellos que son heredables vía
material genético de una generación a la siguiente. Es importante notar que
la evolución biológica hace referencia a las poblaciones y no a los individuos,
además que los cambios deben pasar a la siguiente generación.
HISTORIA DE LA TEORIA EVOLUTIVA
La historia de la teoría de la evolución no es una simple
enumeración de explicaciones científicas. Existe en primer lugar una lucha
entre dos concepciones del mundo. Para algunos, admitir la transformación de
las especies significaba la destrucción de todas sus creencias. Los partidarios
de la lectura de la Biblia al pie de la letra se empeñan, aún hoy en día, en
negar la evolución, y tienen todavía cierto poder para imponer sus ideas en
ciertos países. Hasta llegar a una teoría de la evolución de las especies, como
lo haría Charles Darwin, surgieron muchos enfrentamientos con las concepciones
religiosas de esa época. Por ejemplo:
1.
El primer problema
consistió en la edad de la Tierra, La evolución necesita tiempo, y este era más
bien escaso: menos de 6.000 años según los cristianos.
2.
El segundo problema
era la imposibilidad de cambio de las formas vivas debido a que Dios las había
creado tal y como eran.
3.
El tercer problema
eran las discrepancias surgidas entre lo que la Biblia decía y las observaciones
científicas. Quién discutiera la Biblia se hallaba expuesto a un grave riesgo
social.
4.
El cuarto problema
se solventó fácilmente, ya que consistía en catalogar y clasificar las
diferentes especies existentes.
Probablemente, los personajes que más contribuyeron a solventar
estos problemas son los que veremos a continuación: Buffon, Linneo, Hutton y Lamarck.
Las especies no son estáticas
En el siglo XVIII,
el francés Georges-Louis Leclerc de Buffon (1707-1788) se ubicó entre
los primeros científicos en proponer que las especies podrían sufrir cambios en
el curso del tiempo. Sugirió que, además de las numerosas criaturas producidas
por la creación divina en el comienzo del mundo, "…hay familias menores
concebidas por la Naturaleza y producidas por el Tiempo". Buffon creía que
estos cambios tenían lugar por un proceso de degeneración. De hecho lo resumió,
diciendo: "...el mejoramiento y la degeneración son una misma cosa dado
que ambas implican una alteración en la constitución original".
La hipótesis de Buffon, aunque era
vaga respecto a cómo podían ocurrir los cambios, intentaba explicar la
desconcertante variedad de criaturas del mundo moderno. En 1749, publicó
Historia Natural, General y Particular.
Carl von Linné (1753)
Un sistema de clasificación
La
idea de que cada tipo de ser vivo surgió tal como es en la actualidad -y que
fue creado especial y específicamente- era una idea apremiante en el siglo
XVIII. ¿De qué otro modo podría uno explicar el sorprendente grado en el cual
cada ser vivo estaba adaptado a su ambiente y a su papel en la naturaleza? No
fue solamente la autoridad de la iglesia, sino también, según parecía, la
evidencia ante los propios ojos, la que confería tal fuerza al concepto llamado
"de creación especial".
Entre aquellos que creían en la creación divina estaba Carl
von Linné (1707-1778), el gran naturalista sueco que ideó el sistema
actual de nomenclatura para las especies o clases de organismos. En 1753, Linné
publicó Species Plantarum, que describía en dos volúmenes enciclopédicos cada
especie de planta conocida en esa época.
En el momento en que Linné estaba trabajando en este
proyecto masivo, había exploradores que regresaban a Europa desde África y el
Nuevo Mundo con plantas no descritas previamente y con animales desconocidos, e
incluso aparentemente, con nuevos tipos de seres humanos. Linné revisó su obra
edición tras edición para dar cabida a estos hallazgos, pero no cambió su opinión de que todas las especies
existentes en ese momento habían sido creadas en el sexto día del trabajo de
Dios y que permanecieron fijas desde entonces. Durante la época de Linné, sin
embargo, se hizo claro que el patrón de la creación era mucho más complejo que
el que había sido pensado originalmente.
El sistema de clasificación ideado por Linné, al ordenar
a miles y miles de especies, puso en evidencia ciertas regularidades en la
organización y funcionamiento de los seres vivos. Posteriormente, la
comparación entre los diferentes grupos de organismos permitió considerar que
unos derivaban de otros.
James Hutton (1785)
El uniformitarismo
Fueron
los geólogos, más que los biólogos, quienes prepararon el camino para la teoría
moderna de la evolución. Uno de los que tuvieron mayor influencia fue James
Hutton (1726-1797). Hutton propuso que la Tierra había sido
moldeada, no por hechos repentinos y violentos, sino por procesos lentos y
graduales: el viento, el clima y el fluir del agua, los mismos procesos que
pueden verse en acción en el mundo actual. Esta teoría de Hutton, que fue
conocida como "uniformitarismo". El uniformitarismo fue importante
por tres razones. Primero, implicaba que la Tierra tiene una larga historia, lo
cual era una idea nueva para los europeos del siglo XVIII. Los teólogos
cristianos, contando las generaciones sucesivas desde Adán (como se registra en
la Biblia) habían calculado que la edad máxima de la Tierra era aproximadamente
de seis mil años. Según sabemos, nadie, desde los discípulos de Anaximandro,
(611-547 a.C.) había pensado en términos de un período mayor. Anaximandro
sostenía que la Tierra era infinitamente vieja. Sin embargo, seis
mil años era un tiempo demasiado corto para que hubieran tenido lugar los
principales cambios evolutivos, cualquiera fuese la teoría. Segundo, la teoría
del uniformitarismo afirmaba que el cambio es en sí el curso normal de los
acontecimientos, por oposición a un sistema estático interrumpido por un hecho
ocasional e inusual, como por ejemplo, un terremoto. Tercero, aunque esto nunca
fue dicho expresa y claramente, el uniformitarismo sugirió que podría haber
alternativas a la interpretación literal de la Biblia. Hutton publicó sus
conclusiones en 1785, en su libro Teoría de la Tierra. No pudo estimar
exactamente la edad de nuestro planeta, pero dejó en claro que era muy antiguo.
Jean Baptiste Lamarck (1801)
La herencia de los caracteres adquiridos
El primer científico moderno que elaboró un concepto
sistemático de la evolución fue Jean Baptiste Lamarck (1744-1829), si bien no
fue el primero en poner en duda la idea de que las
especies son fijas y no cambian. Este "naturalista justamente
célebre", como el propio Darwin (1809-1882) lo calificó, propuso
audazmente en 1801 que todas las especies, incluyendo al Homo sapiens,
descienden de otras especies. Lamarck, a diferencia de la mayoría de los otros
zoólogos de su época, estaba particularmente interesado en los organismos
unicelulares y en los invertebrados. Indudablemente, fue su largo estudio de
estas formas de vida lo que lo llevó a considerar a los seres vivos desde el
punto de vista de una complejidad en continuo aumento, y a cada especie como
derivada de una más primitiva y menos compleja.
Como
su contemporáneo George Cuvier (1769-1832) y otros, Lamarck notó que las
rocas más antiguas generalmente contenían fósiles de formas de vida más
simples. A diferencia de Cuvier, que adhería a las ideas
fijistas, Lamarck interpretó estas evidencias como si las formas más
complejas hubiesen surgido de las formas más simples por una suerte de
progresión. De acuerdo con su hipótesis, esta progresión -o evolución, para
usar el término moderno- depende de dos fuerzas principales. La primera es la
"herencia de los caracteres adquiridos". Los órganos en los animales
se hacen más fuertes o más débiles, más o menos importantes, por su uso o su
desuso, y estos cambios, de acuerdo con la propuesta de Lamarck, se transmiten
de los padres a la progenie. Su ejemplo más famoso fue la evolución de la
jirafa.
La
segunda fuerza igualmente importante en el concepto de evolución de Lamarck fue
un principio creador universal, un esfuerzo inconsciente y ascendente en la Scala
Naturae, que impulsaba a cada criatura viva hacia un grado de
complejidad mayor. El camino de cada ameba conducía hacia el hombre. Algunos
organismos podían quedar apartados; el orangután, por ejemplo, había sido
desviado de su curso al ser atrapado por un ambiente desfavorable, pero la
"voluntad" estaba siempre presente. La vida en sus formas más simples
estaba surgiendo continuamente por un proceso
de generación espontánea, para llenar el vacío dejado en el fondo de
la escala. En la formulación de Lamarck, la escala natural de Aristóteles
(384-322 a.C.) se había transformado en lo que hoy describiríamos cono una
suerte de escalera mecánica, que ascendía constantemente impulsada por una
voluntad universal.
Los
contemporáneos de Lamarck no objetaron sus ideas acerca de la herencia de los
caracteres adquiridos, que nosotros, con nuestro conocimiento actual de la
genética, sabemos que es falsa. Tampoco criticaron su creencia en una fuerza
metafísica que, de hecho, era un elemento común en muchos de los conceptos de
la época. Pero estos postulados vagos, no comprobables, suministraban un
fundamento muy poco firme para la propuesta radical de que las formas más
complejas evolucionaban a partir de formas más simples. Además, Lamarck
personalmente no era un contrincante adecuado para el brillante e ingenioso
Cuvier, quien atacó implacablemente sus ideas. Como resultado de ello, la
carrera de Lamarck quedó arruinada y tanto los científicos como el público
quedaron aun menos preparados para aceptar cualquier doctrina evolutiva.
0 comentarios:
Publicar un comentario